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Cuidadores en Navidad. Estrategias para disfrutar de las fiestas.

Ya estamos otra vez en esa época del año. Hace frío, llegan las fiestas y todo el mundo parece ir de un lado para otro intentando tenerlo todo hecho. Es una época emocionante, pero también estresante para los cuidadores, que pueden sentirse abrumados por todo lo que tienen que hacer para que sus seres queridos con demencia disfruten de estas fiestas.

Las vacaciones pueden ser una época difícil para los cuidadores

Las vacaciones pueden ser un momento difícil para los cuidadores. A menudo se sienten culpables por ausentarse del trabajo o dejar solo a su ser querido, sobre todo durante las vacaciones. Pueden preocuparse por cómo le va a su ser querido sin ellos, o por si se ha caído y nadie estaba allí para cogerle. Además, los cuidadores también pueden sentirse aislados de amigos y familiares que no entienden lo que significa ser cuidador.

No te aísles del mundo que te rodea

Puede ser fácil hacerlo cuando se cuida a un ser querido, pero también es importante no perderse a uno mismo en el proceso. Necesitarás tiempo para alejarte de tus responsabilidades y obligaciones como cuidador. Las vacaciones son una buena oportunidad para ello porque suelen ser ocasiones festivas en las que la gente se reúne con amigos y familiares, lo que puede ayudarte a levantar el ánimo aunque sólo sea temporalmente.

Si es posible, intenta salir de casa al menos una vez cada uno o dos días durante esta época del año, aunque sólo sea para dar una vuelta a la manzana o hacer algunos recados en tiendas o comercios locales cerca de donde vives (o incluso más lejos). De este modo, tanto tú como quien necesita la ayuda de otra persona, dispondréis de espacio suficiente para que nadie se sienta agobiado por otra persona con demasiada frecuencia durante esos días previos a la propia Nochebuena.

Cuídate primero, descansa mucho y come bien

Aunque cuidar de los demás es algo maravilloso, es importante que también te cuides durante esta época tan ajetreada.

  • Descansa mucho y come bien. Aunque sólo sea una hora al día, asegúrate de que tienes tiempo libre para recargar las pilas y volver a centrarte en las cosas que más importan en la vida.
  • Cuídate física, emocional y espiritualmente, asegurándote de que tienes cubiertas tus necesidades básicas: sueño, comida y agua (e incluso algo de ocio). Asegúrate de que estas cosas son lo primero antes de ocuparte de las necesidades de los demás.
  • Sé amable contigo mismo: permítete (e incluso anímate) a decir que no cuando sea necesario, no te castigues por pequeños errores o fracasos, sé amable con quienes no siempre están en su mejor momento debido a una enfermedad o al estrés de los preparativos navideños.

Acuérdate de darte permiso para disfrutar también de la temporada

Acuérdate de permitirte a ti también disfrutar de la estación. Es fácil dejarse llevar por el cuidado de los demás y olvidar que uno también necesita cuidados. No hay que avergonzarse por tomarse un descanso de las responsabilidades, ya sea un día o unas semanas.

Tampoco tienes que sentirte culpable por pedir ayuda, hay muchas personas a las que les encantaría tener la oportunidad de echar una mano durante esta época del año tan ajetreada.

No hay ninguna razón por la que no puedas pasarlo bien durante las vacaciones. Sólo tienes que planificarlo con antelación, disponer de tiempo suficiente y asegurarte de que lo primero es cuidar de ti mismo. Si haces estas cosas, podrás disfrutar de la Navidad con tu ser querido con demencia o enfermedad de Alzheimer sin sentirte estresado o abrumado por todos los preparativos para el gran día.