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Empieza a practicar la respiración controlada

La respiración controlada puede practicarse en cualquier lugar y sólo te llevará unos minutos al día. También puedes practicar la respiración profunda como parte de tu rutina diaria antes de acostarte o en cualquier momento en que te sientas estresado.

¿Qué es la respiración controlada?

La respiración controlada es una forma de meditación que puede ayudarte a calmarte y concentrarte. Respirar es una función natural, pero no siempre nos resulta natural. Cuando nos sentimos estresados o ansiosos, nuestra respiración se vuelve superficial y rápida, ya que nuestro cuerpo intenta hacer llegar más oxígeno a nuestro torrente sanguíneo más rápido de lo normal. La respiración controlada ayuda a ralentizar este proceso centrándose en cada respiración a medida que entra por la nariz, llena los pulmones y vuelve a salir.

Cómo practicar la respiración controlada

– Inspira por la nariz, aguanta unos segundos y expira por la boca.

– Repite esta operación entre 10 y 15 veces, o hasta que te sientas relajado y tranquilo.

– Puedes utilizar un cronómetro para controlar el tiempo si es necesario, pero intenta no pensar en la duración de cada respiración y céntrate en cómo te sientes dentro de tu cuerpo.

– Intenta respirar desde el interior del diafragma, en lugar de hacerlo superficialmente desde la parte superior de la cavidad torácica.

Practica la respiración profunda

La respiración profunda es una forma de relajarse y calmarse. Te ayuda a centrarte en el momento presente, lo que puede ayudarte a controlar el estrés, a afrontar la ansiedad y la depresión, a dormir mejor y a sentirte con más energía.

Puedes practicar la respiración profunda en cualquier momento en que te sientas estresado o ansioso: antes de acostarte, durante un descanso en el trabajo, mientras paseas por la naturaleza… ¡las opciones son infinitas!

Tómate unos minutos al final del día para practicar la respiración profunda

La respiración profunda, también llamada respiración diafragmática o respiración abdominal, es una técnica de relajación que puede ayudar a calmar y reducir el estrés. También es útil para conciliar el sueño, concentrarse mejor y recuperarse de situaciones estresantes. Cuando se respira profundamente por la nariz y hacia el vientre (no hacia el pecho), se envían señales al cerebro de que todo va bien en el cuerpo… ¡aunque no sea así!

He aquí algunos beneficios de la respiración controlada:

– Ayuda a relajar los músculos de todo el cuerpo

– Reduce la tensión en los hombros y los músculos del cuello

– Ayuda a reducir la ansiedad disminuyendo el ritmo cardíaco

La respiración controlada es una forma sencilla pero eficaz de obtener estimulación mental. Puede ayudarte a afrontar el estrés y mantenerte concentrado en el momento presente. Puedes practicar la respiración controlada de muchas formas distintas, por ejemplo respirando profundamente o contando en voz alta lo más despacio posible mientras inhalas por la nariz y exhalas por la boca. Lo más importante es que encuentres algo que te funcione.